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A continuación, voy a realizar un análisis básico de la sociedad a través de la carta mandálica.


SUBSISTEMA TECNOECONÓMICO

Los himba son una etnia de nativos de la región árida de Kunene, habitan una zona desértica, de duras condiciones climatológicas y grandes sequías. Como su vida gira entorno a la cría de ganado: vacas y cabras fundamentalmente, son un pueblo seminómada, que se traslada en busca del agua necesaria para su ganado.

Los poblados son provisionales, y están formados por pequeñas chozas circulares construidas con ramas, barro y estiércol. El círculo es un principio de construcción, y también sirve para marcar el exterior.

Su alimentación se basa en lo que obtienen de su ganado (carne y leche que preparan en una especie de cuajada, y con la que hacen trueques para conseguir algunos cereales como el trigo. Complementan su dieta con maíz que cultivan en pequeños huertos de subsistencia, y que transforman en una especie de puré.

Los himba se visten con un taparrabos que confeccionan con pieles. Hombres, mujeres y niños usan gran cantidad de ornamentos como de collares y brazaletes, pulseras, y cinturones, que son valorados hasta el punto de adquirir valor comercial, y reportarles algunos pequeños recursos monetarios.

El pastoreo es el trabajo de los hombres, mientras que las mujeres se dedican a cuidar del hogar, de los niños, traer agua, cocinar, construir las casas, y cuidar de las cabras.

La mujer himba dedica mucho tiempo a su cuidado personal: para embadurnar su cuerpo y su pelo, fabrican una pasta ocre conseguida a base de machacar tierra roja y mezclándola con manteca de origen animal y hierbas, la cual le da un característico color rojizo. Esta mezcla con la que se cubren, sirve tanto como cosmético, como para protegerse frente al sol y a los insectos. Después, toman un baño de vapor en sus partes íntimas. Además las mujeres se distinguen de otras tribus por los enrevesados estilos con que arreglan su cabellera que adornan con complicados peinados. Y los distintos aderezos que llevan como pulseras, collares o brazaletes, distinguen su condición, e indican si están casadas o solteras o si tienen hijos.


SUBSISTEMA SOCIOPOLÍTICO

Los himbas se pueden considerar una minoría marginal, formada por una población total de unos 30.000 individuos aproximadamente, que se agrupan en tribus, relativamente aisladas, y que conservan casi intactas sus tradiciones.

El poder sobre cada tribu la ostenta un jefe, que es el encargado de administrar justicia. Los himba poseen un conjunto pequeño de reglas, que todos conocen y respetan. Cuando surge un conflicto los hombres se reúnen bajo un gran árbol y hablando llegan a las soluciones justas a cada caso. Cualquier tipo de perjuicio que un hombre pueda causar a otro se sanciona entregando un numero determinado de cabezas de ganado. No obstante, cuando entran en conflicto varias tribus, los jefes se reúnen bajo un árbol, para llegar a una solución. Uno de estos jefes es el representante de la etnia ante las autoridades políticas de su país, Namibia, como portavoz de las demandas de la comunidad.

Su estructura social es patriarcal, y la vida familiar es la piedra angular de su sociedad, que permanece unida por razones de parentesco y clanes, donde los más jóvenes deben respeto a los mayores. El pueblo himba está basado en un sistema de clanes: existe la matrilinialidad y la patrilinealidad; las creencias religiosas son herencia del padre, y los bienes materiales y el ganado se heredan de la madre. Es posible que este hecho tenga su explicación en que los himba piensan que del padre se hereda lo espiritual y de la madre la sangre, lo corporal.

Entre los himbas encontramos una división de trabajo según la edad y el sexo. Los ancianos también ayudan en los trabajos cotidianos, las mujeres mayores ya no suelen ordeñar pero ayudan en las tareas, mientras que los hombres mayores, participan en los juicios y en las reuniones en las que hay que tomar decisiones.

Los chicos son circuncidados entre los 7 y 10 años y a partir de ese momento ya pueden mantener relaciones sexuales. Los grupos de edad son una importante forma de agrupación social entre los himba, los chicos son agrupados por el año de su circuncisión, y entre ellos deben ayudarse para siempre. Una mujer suele tener su primera relación sexual al poco tiempo de su primera menstruación, y es frecuente que, incluso después de casada, tenga varios amantes, y si quedara embarazada el hijo sería del matrimonio, sin importar demasiado la paternidad.

Los matrimonios himba son pactados desde pequeños, entre miembros de distintas tribus y la dote de la novia son varias cabezas de ganado. La mujer ha de alumbrar su primer hijo en casa de su madre, los siguientes hijos ya nacerán en el poblado donde reside el padre. El parto se realiza de cuclillas y con las rodillas separadas, se corta el cordón umbilical con la ayuda de un tallo vegetal y al niño se le limpia con manteca de vaca. Después del parto se sacrifica a una cabra y las mujeres celebran un homenaje en honor al recién nacido. El hombre es polígamo y vive en casa de sus mujeres, sin embargo el máximo de tiempo que un hombre puede pasar con la misma esposa, sin atender a otra, es dos noches. Cuando una mujer himba se casa con un extranjero, éste pasa inmediatamente a pertenecer a la tribu. Pero cuando es un hombre himba el que se casa con una extranjera, hasta la segunda generación no se los considerará miembros de la comunidad.


SUBSISTEMA IDEOLÓGICO CREENCIAL

Respecto al tema místico o religioso, el jefe de cada tribu es su líder espiritual.

Los himba son monoteístas, aunque no rinden culto a ninguna divinidad. El ser supremo es “Ndjambi”, y no suele ser nombrado, él es el creador de todas las cosas, está en el cielo y no castiga, además creen que la lluvia, el trueno y el rayo vienen de él.

Para ellos la vaca es un animal sagrado y centro de muchos ceremoniales.

Creen en los espíritus de sus ancestros, y se reza junto al fuego sagrado que se sitúa frente a la choza del jefe, pidiendo a los espíritus de los antepasados.

Practican la adivinación a través de la observación de las vísceras de animales. Solo puede adivinar el que nace con esta capacidad, porque ha recibido el espíritu de un antepasado adivinador. Este hombre puede diagnosticar enfermedades, o adivinar a través del espíritu que habla por medio de su persona.

A todos los himba, cuando llegan a la pubertad, y como parte de un rito, se les amputa los incisivos inferiores, un palo se apoya en los dientes, y un golpe con una piedra cercena los dientes.

Los peinados distinguen a los hombres de las mujeres cuando son pequeños, los hombres se peinan con una trenza hacia delante y las mujeres con dos; cuando alcanzan la pubertad, los hombres se peinan con la misma trenza pero hacia atrás y las mujeres aumentan el número de trenzas.

Para los himbas es muy importante la fertilidad de la mujer. Esto ocurre porque los hijos son un elemento primordial, ellos serán los que cuiden el ganado y a sus padres cuando sean ancianos, un himba sin hijos es una persona incompleta. Por eso los niños aprenden juegos que les sirven para desarrollar cualidades que necesitarán cuando sean mayores, como la agilidad o los reflejos.

Los himba entierran a sus muertos, cuando un himba muere, se hace sonar una trompeta cuyo sonido se propaga a lo largo de los valles y anuncia a los miembros de tribus más lejanas la muerte de un miembro. Se sacrifica su ganado y se envuelve al muerto en la piel de su res preferida para que lo acompañe en la otra vida, y cuando muere el jefe se sacrifican 40 cabezas de ganado. Cuando el que se muere es un niño, los familiares se encierran en sus casas a llorar su muerte y al segundo día, el padre sacrifica una vaca, de la que comen todos los miembros de la tribu. Pero si se trata de un niño pequeño o de un bebé, no se le guarda luto y se le entierra en el centro del poblado. Los entierran en el corral de las terneras.


SUBSISTEMA COMUNICACIONAL

Los himba hablan el “otjihimba”, que es un dialecto del herero, y para dar énfasis o exclamar utilizan los “clics” (sonidos que se hacen dejando caer con fuerza la lengua desde la punta del paladar hasta los dientes)

Los himba son pueblos ágrafos, pero cuentan manifestaciones de literatura oral en forma de cuentos, poemas, proverbios y adivinanzas, muchas de estas narraciones presentan al final una moraleja. En ellos siempre están presente la naturaleza, y el símbolo que expresa la identidad del mundo himba: las vacas. Las narraciones de tipo mítico hablan sobre los orígenes del grupo.

Respecto a las manifestaciones artísticas, según el antropólogo Giner Abati, "los objetos de uso cotidiano presentan una estética y un encanto especial" y "El arte, en estas pequeñas sociedades, es el resultado de una tradición grupal, en la que el artista permanece anónimo”

No poseen otro arte plástico que el que crean sobre su propio cuerpo.

Los instrumentos principales que acompañan al ritmo de la música, son las propias palmas y la voz, aunque a veces utilizan cualquier objeto para hacerlo sonar a modo de “tan-tan.

Entre las actividades de los himba destacan los juegos de competición, combates para medir los reflejos y luchas tradicionales.

La cultura himba no se podría entender sin el ganado, que está presente en cualquier acontecimiento importante: nacimiento, fiestas nupciales, ritos de pubertad, o funerarios.

ÉRASE UNA VEZ...

“PORQUÉ EL COCODRILO TIENE LA PIEL ASPERA Y RUGOSA”

En algunas aldeas de Namibia cuentan que hace mucho, mucho tiempo, el cocodrilo tenía la piel lisa y dorada como si fuera de oro. Dicen que pasaba todo el día debajo del agua, en las aguas embarradas y que sólo salía de ellas durante la noche, y que la luna se reflejaba en su brillante y lisa piel. Todos los otros animales iban a esas horas a beber agua y se quedaban admirados contemplando la hermosa piel dorada del cocodrilo.

El cocodrilo, orgulloso de la admiración que causaba su piel, empezó a salir del agua durante el día para presumir de su piel. Entonces, los demás animales, no sólo iban por la noche a beber agua por la noche sino que se acercaban también cuando brillaba el sol para contemplar la piel dorada del cocodrilo.

Pero sucedió, que el sol brillante, poco a poco fue secando la piel del cocodrilo, cubierta de una capa de reluciente barro, y cada día se iba poniendo más fea. Al ver este cambio en su piel, los otros animales iban perdiendo su admiración. Cada día, el cocodrilo tenía su piel más cuateada hasta que se le quedo como ahora la tiene, cubierta de grandes y duras escamas parduzcas. Finalmente, ante esta transformación, los otros animales no volvieron a beber durante el día y contemplar la antigua hermosa piel dorada del cocodrilo.

El cocodrilo, antes tan orgulloso de su piel dorada, nunca se recuperó de la vergüenza y humillación y desde entonces, cuando otros se le acercan se sumerge rápidamente en el agua, con sólo sus ojos y orificios nasales sobre la superficie del agua.

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