Después de leer un artículo de la revista virtual "La gazeta antropológica" os haré una breve reflexión acerca del concepto del fenómeno social, cada vez, lamentablemente, más frecuente.
Reflexión sobre artículo de la Gazeta Antropológica...[]
La historia del suicidio es muy antigua, ya en la Grecia Clásica existía, como ejemplo podríamos citar el suicidio de Sócrates. Muchas son las conceptualizaciones que se han venido haciendo sobre este término desde hace decenas de siglos, y parece ser que todas coinciden en ciertos parámetros, como pueden ser, que el suicidio es cometido de forma voluntaria y plenamente consciente por individuos con un fin claro: la muerte.
Durkheim define el fenómeno del suicidio de esta manera: “Se llama suicidio a toda muerte que resulta mediata o inmediata, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma sabiendo ella que debía producirse ese resultado”.
El Diccionario de la Real Academia Española define el término suicidio como “quitarse voluntariamente la vida”.
Además del acto de suicidio, existe el “parasuicidio” que consiste en un desencadenamiento del acto de provocarse cierto tipo de lesiones que no acaban en muerte y siendo conscientes de que la acción iniciada llega a provocar dichas lesiones. Este tipo de lesiones se llevan a cabo con el fin de lograr llamar la atención a seres del entorno afectivo del individuo. Es frecuente en mujeres de entre 14 y 25 años. Además este tipo de acto se lleva a cabo de una manera menos violenta que el suicidio cometido por hombres. La ingesta de pastillas, o sustancias tóxicas y pequeños incisos en el cuerpo de la mujer son la manera más frecuente de llevar a cabo este parasuicidio.
Las estadísticas de los suicidios cometidos en los últimos 45 años son verdaderamente alarmantes, ay que el número se ha disparado y en el año 2000, según un estudio de la OMS al menos un millón de personas murieron suicidadas.
El suicidio se coloca en el puesto número tres del ranking de las causas de muerte a nivel mundial entre los 15 y 44 años.
El suicidio es un fenómeno humano universal que ha estado presente en todas las épocas históricas. En la Grecia Clásica, concretamente en Atenas los cuerpos víctimas de suicidio no se enterraban en cementerios por impuros.
En el Imperio Romano el suicidio era consentido según razones determinadas, como trastornos mentales. En general, los romanos veían este tipo de acto como condenable, negaban la sepultura, destruían el testamento y confiscaban los bienes de aquellas personas que se suicidaran sin un motivo justificado.
En materia cristiana, la Iglesia permitió el suicidio entre sus feligreses, puesto que se consideraba un acto digno entre los primeros mártires. Luego quedó oficialmente prohibido por ir en contra de la Ley Natural y proclamaron la consiguiente excomunión a los suicidas.
En la Edad Media, Santo Tomás de Aquino es el primero en argumentar, inducido por las ideas de San Agustín, que el acto suicida era pecaminoso, ya que el hombre no pertenece a sí mismo, sino a Dios. En el siglo XVIII, en la reforma luterana alegaban al diablo como causante e inspirador de dicha conducta.
A partir del Renacimiento se empieza a ver el suicidio de una manera más compasiva. En el siglo XVIII, debido a la revolución francesa, el acto suicida deja de estar castigado en el código penal.
Durante la II Guerra Mundial los pilotos “kamikaze” eran elogiados por llevar a cabo misiones suicidas.
En China, hoy en día siguen practicándose cada 5 años suicidios colectivos. Esta práctica se afianzó además en varios países que se sumaron al país asiático.
Diversas son los motivos de suicidio. En cuanto a los factores sociales nos encontramos con que a menor nivel socioeconómico mayor riesgo de suicidio. Además el otro extremo también sufre un alto índice de este tipo de acto debido al estrés de los trabajos. Un descenso en la escala social también se presenta como motivo de suicidio entre los individuos.
El nivel educativo es muy importante, ya que a mayor nivel educativo menor tasa de suicidio.
La ocupación profesional también incita a este fenómeno ya que empleos con muchas horas de trabajo diarias, pocos días de vacaciones o libres y mal remunerados causan estrés y depresión a la persona que lo desempeña.
Los hijos de las familias monoparentales tienen a tener un índice de suicidios más alto que en familias estructuradas debido a la mala relación entre los padres a consecuencia de un divorcio.
La religión se tiene en cuenta como un factor protector ante el suicidio, ya que los creyentes en Dios, si cometiesen este tipo de actos irían en contra de la Ley Natural. El hombre pertenece a Dios y por lo tanto no es menester del individuo decidir cuando finaliza su vida.
Las causas demográficas y climatológicas de una zona causan mayor número de suicidios. Por ejemplo, se conoce un índice mayor de suicidios en la estación de primavera y en personas residentes en ciudades más que en zonas rurales.
Según las estadísticas los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres, empleando éstos primeros unos métodos más violentos en el acto que las mujeres que optan por ingesta masiva de medicamentos o en el menor de los casos incisiones en diversas partes del cuerpo.
El suicidio en Europa predomina en la etapa adolescente.
El estado civil es otro punto importante, a tener en cuenta, ya que los solteros, viudos y divorciados suelen ser los que más suicidios cometen. Sin embargo el papel del matrimonio juega un papel ambiguo en relación con el suicidio ya que en ciertos momentos se considera que el matrimonio disminuye el riesgo de suicidio debido a que la mujer, marido, e hijos se ven como “ataduras” a la vida y responsabilidades que deben desempeñar a lo largo de su vida. Además el matrimonio se ve como una fuente inmensa de felicidad plena debido al nivel tan alto de afectividad engendrado por lo componentes de la unidad familiar. Pero en otros casos, como en el caso de los pueblos amerindios, en el pueblo yukpa el matrimonio se considera una de las causas fundamentales de suicidio ya que se casan entre los 13 y 15 años de edad y el alto índice de este fenómeno se ve acuñado por los problemas afectivos dentro del matrimonio a una edad tan temprana.
Las causas de suicidio en el continente americano, en concreto en ciertas regiones como Canadá o New México, cambian debido a la gran agresividad con la que allí se vive el suicidio. Los amerindios cometen este tipo de actos llevándolos a cabo con armas de fuego, ahorcamientos, etc… Además en estos pueblos el suicidio es una manera de pagar por incumplir ciertas normas culturales impuestas por ciertas sociedades determinadas.
En definitiva, partimos de la base de que el suicidio además de componerse de factores biológicos y psicológicos mantiene un fuerte componente sociocultural que ha sido reflejado en el análisis del suicidio en las comunidades étnicas amerindias.
Finalmente después de trabajar este artículo opino que el ser humano es libre de decidir sobre su vida, y si en algún momento verdaderamente opinan consensuadamente que el suicidio es la solución a sus problemas ya que consideran la muerte mejor que la vida que están llevando, apoyo la libertad del individuo para decidir sobre sí mismo. Sin embargo, tengo que decir que personalmente sí que estoy en contra del fenómeno del suicidio como solución a todos los problemas, como ser humano me encantaría que todo el mundo solucionase sus problemas con la autoreflexión y el positivismo aunque considero que en ciertos momentos la tensión que se puede llegar a vivir es demasiado grande como para poder sustraer algo positivo a una situación de extrema gravedad.
Victoria Mercedes Rodríguez
El texto está sacado, como he dicho anteriormente, de la revista virtual la Gazeta Antropológica. Aquí os dejo la página en el que se encuentre.
http://www.ugr.es/~pwlac/G27_33JoseManuel_Corpas_Nogales.html